Si eres dueño de un restaurante, es importante que tengas en cuenta que los alimentos son altamente atractivos para las plagas de manera natural. Debido a esto, la industria alimentaria es especialmente vulnerable a las infestaciones de insectos y roedores.

Estos invasores no deseados pueden causar una serie de problemas para las instalaciones de preparación de alimentos, incluyendo la contaminación de los productos, la propagación de enfermedades y los daños a la propiedad. Por lo tanto, es esencial que las empresas alimentarias implementen medidas adecuadas de control de plagas.

A continuación, exploraremos las plagas más comunes que se encuentran en restaurantes e instalaciones alimentarias, así como los problemas que pueden ocasionar. También proporcionaremos recomendaciones sobre cómo lidiar con estas visitas no deseadas de manera efectiva para proteger tu negocio y garantizar la calidad y seguridad de los alimentos que sirves a tus clientes.

Las variedades de plagas a las que se enfrentan las empresas de alimentos pueden variar según la ubicación geográfica, el clima y los ingredientes utilizados en la preparación de la comida. Sin embargo, hay ciertos tipos de plagas que se encuentran comúnmente en todo el mundo y en casi todas las industrias alimentarias.

Los 3 principales grupos de plagas que pueden ser un problema para los establecimientos de alimentos son:

1. Roedores: ratas y ratones.

Los roedores, entre los que se encuentran ratones y ratas, representan uno de los mayores desafíos para la industria alimentaria. La presencia de estos animales puede ser identificada mediante varios indicios, como su avistamiento directo, sus ruidos notorios, excrementos y cableado dañado. También se pueden detectar a través de manchas de orina que son visibles con luz ultravioleta.

Estos animales tienden a construir sus nidos cerca de las fuentes de alimentos y son conocidos por su capacidad de reproducción acelerada. Las infestaciones de roedores pueden causar daños en maquinarias, envases, equipos eléctricos y contenedores de alimentos. Además, sus excrementos, pelo y orina pueden transmitir parásitos peligrosos a los alimentos, lo que aumenta significativamente el riesgo de que los empleados y los clientes contraigan graves enfermedades. Cabe destacar que los ratones y las ratas pueden transmitir más de 35 enfermedades.

2. Insectos: cucarachas, escarabajos, hormigas y moscas.

Las cucarachas son una de las plagas más desagradables y temidas en todo el mundo, y por una buena razón. Estos insectos son conocidos por transportar diversos parásitos, bacterias y patógenos que pueden afectar gravemente la salud humana, como por ejemplo la salmonela typhimurium, la poliomielitis y la entamoeba histolytica. Debido a que las patas de las cucarachas tienden a recoger gérmenes y desechos al desplazarse por lugares sucios, pueden transferirlos a los puestos de trabajo, alimentos y equipos utilizados para la preparación de comida. Esto aumenta significativamente el riesgo de contaminación y puede ser extremadamente perjudicial para la salud de los consumidores.

Por otro lado, las moscas son conocidas por llevar consigo una gran cantidad de patógenos peligrosos. Estas plagas suelen reproducirse en lugares como la basura y otros entornos insalubres y húmedos, para luego pasar a los alimentos frescos y por el equipo de procesamiento de alimentos, contaminándolos con bacterias altamente nocivas.

3. Aves: palomas.

La presencia de aves en las instalaciones puede ocasionar graves problemas en la industria alimentaria. Además de dañar las estructuras al construir nidos en lugares inapropiados, las aves también pueden contaminar los alimentos y el equipo de procesamiento. Los excrementos de las aves son tóxicos y pueden transmitir varios patógenos peligrosos que causan enfermedades en humanos, como E. coli, salmonella y campylobacter. Además, los nidos y dormideros de las aves pueden albergar ácaros, pulgas y escarabajos, lo que aumenta aún más el riesgo de contaminación.

Desde pérdidas económicas hasta problemas legales, descuidar el control de plagas en los restaurantes puede acarrear múltiples consecuencias. Es importante tomar medidas preventivas para mantener el establecimiento limpio, higiénico y saludable. Los clientes pueden detectar fácilmente si la comida es fresca y si el restaurante está bien cuidado. Por lo tanto, mantener una cocina sana y desinfectada no solo es crucial para el éxito del negocio, sino que también atraerá a más comensales.

¿Qué es la gestión de plagas (GIP)?

La GIP es un proceso de toma de decisiones sostenible y con base científica. Este enfoque combina herramientas físicas, culturales, químicas y biológicas. El objetivo es identificar, controlar y minimizar el riesgo que suponen las plagas, las estrategias de control de plagas y las herramientas para la salud en general, el medio ambiente y la economía. La GIP es más que solo un método de control. Piensa en ella como una serie de evaluaciones, decisiones y controles para evitar las plagas. Esta serie de acciones puede resumirse en los cuatro pasos siguientes:

1. Establece un umbral de acción.

Antes de ejecutar cualquier medida, la GIP determina un umbral de acción como punto de partida. Este umbral indica el momento en el que las condiciones ambientales o la presencia de plagas se convertirá en una amenaza económica y generará la necesidad de tomar medidas de control para prevenir graves daños en el futuro. Si se detecta una plaga en una zona, esto no implica automáticamente que se requiera una extensa acción de control de plagas. 

2. Controla e identifica las plagas.

No todos los bichos, malas hierbas u organismos vivos necesitan ser controlados cuando se encuentran fuera de una empresa de alimentos. Los programas GIP trabajan para vigilar las plagas e identificarlas correctamente, lo que permite tomar decisiones apropiadas en cuanto a su control. La vigilancia y la identificación de las plagas eliminan la posibilidad de usar plaguicidas innecesariamente o de forma inapropiada.

3. Previene las plagas.

Los programas GIP también gestionan los cultivos, el césped y los espacios interiores para evitar que las plagas se conviertan en una amenaza. En el caso de los cultivos agrícolas, esto puede implicar la rotación de cultivos, la plantación de portainjertos libres de plagas, la selección de cultivos resistentes a las plagas y otros métodos culturales. Estos métodos de control de plagas son altamente efectivos, rentables y representan un riesgo mínimo o nulo para las personas y el medio ambiente.

4. Controla las plagas.

Una vez que la vigilancia, identificación y los umbrales de acción establecidos confirman la necesidad de controlar las plagas, y que las medidas preventivas no funcionan, entonces se deben aplicar medidas de control. Los programas de GIP analizan el método de control más adecuado en términos de eficacia y riesgo potencial. En primer lugar, se seleccionan los controles de plagas más efectivos y seguros, como la eliminación de malezas, la utilización de trampas y productos químicos específicos como las feromonas, que interrumpen el apareamiento de las plagas.

En Ovical durante nuestra larga trayectoria, hemos estado proporcionando soluciones rápidas y eficaces para una variedad de problemas relacionados con las plagas. 

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